sábado, 13 de agosto de 2011

Demasiado iguales (3)

  La hipocresía es considerada una actitud mal vista. Pero yo creo que si es llevada a cabo por uno mismo, sin hacer daño a nadie y aplicada de forma cómica, entonces puede resultar divertida.
  Por ello, mi sonrisa sólo fue fingida en parte cuando nos presentaron y nos saludamos con sendos besos en las mejillas. Desde ese momento empezamos a hablar, aunque no con palabras, sino con la mirada. Nos estábamos diciendo "Tenías que ser tú. Seguro que me sacarás de quicio. Más te vale portarte bien porque como le arruines la cita a mi amig@...".
  El lugar de la cita lo había escogido Maribel. Estábamos en un punto estratégico que debía haber sido estudiado de antemano, pues nadie repararía en nosotros y al mismo tiempo no nos sentíamos aislados.
  En aquel inicial encuentro fue cuando tuvimos la primera oportunidad de darnos cuenta de que caíamos igual a la gente. Por lo tanto, Maribel y yo congeniamos de maravilla y Alejandro y Adrián también se llevaron genial desde el principio.
  Pero eso no quitó la tensión entre Alejandro y yo. Estábamos sentados frente a frente, con lo que las miradas asesinas volaban.
  -¿Qué van a tomar de beber? -pregunta el camarero.
  Yo ya tengo pensada mi cerveza en vaso de tubo. Primero contesta Adrián, luego Maribel y luego Alejandro:
  -Cerveza en tubo para mí.
  Será capullo. Ahora mismo cambio. ¡¿Qué pido ahora?!:
  -Mmm... eeh... Cola. Pero no Pepsi, sino CocaCola.
  -Sin problemas, de acuerdo -dice el muchacho y se va.
  Pero después me adelanté yo, jeje.
  -¿Para comer?
  Me adelanto a todos, porque nada va a impedirme disfrutar de un solomillo con salsa roquefort.
  -Solomillo con salsa roquefort, por favor.
 Le veo la cara de refilón. Si las miradas matasen... Piden Adrián y Maribel. A él se le ve revisando la carta a todo trapo.
  -¿Y usted? ¿Qué va a ser?
  -Mmm... eeh... filete de dorada.
  Todavía dudo de si fue gracioso o un ignorante dedo en la llaga que Adrián se pusiera a decir que qué casualidad que él y Maribel hubieran pedido lo mismo para comer. Entonces pensé que sí, que esa actitud infantil debía deberse a que estaba enamorado. Luego me di cuenta de que más infantil era la mía y me limité a escuchar y no pensar.

2 comentarios:

  1. No sé si pretendes hacer de esto una historia larga, pero por el momento la curiosidad me puede. Es original eso de que sean tan iguales y espero continuar sabiendo más de Alejandro y Alejandra.

    Como Lady Gaga lea tu historia a lo mejor hace otra canción, ten cuidado:)

    Un saludo

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  2. Jajaja. Yo también tengo curiosidad por si esto acaba siendo algo largo, pero yo creo que va a ser cuestión de un par de semanas.
    Muchas gracias por tu comentario :D

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